La rinoplastia es la intervención quirúrgica que mejora la estética de la nariz.
A través de incisiones ocultas en los orificios nasales se recortan los cartílagos y el hueso. Con injertos de cartílago se mejora la proyección de la punta nasal. Habitualmente se pretende reducir su tamaño pero en ocasiones es necesario su aumento.
La edad mínima de intervención es a partir de los 16 años en mujeres y de los 19 años en hombres.
Hace años los resultados de la rinoplastia tendían a ser muy estereotipados, pero actualmente con la evolución de la técnica los resultados son más personalizados y naturales.
La intervención se suele realizar con anestesia general, pero en casos seleccionados puede realizarse con anestesia local y sedación. Requiere unas horas de hospitalización y el paciente debe llevar una férula nasal durante 7 días. Aunque es frecuente que salgan hematomas en la zona de las órbitas, lo que hace pensar al observador que debe doler mucho, realmente no es una intervención dolorosa en el postoperatorio.
Un buen resultado consigue cambios en la estética facial muy importantes que son muy gratificantes para el paciente.